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La Renovación Comercial de la Rambla de Pocitos

Fuente: El Observador

Zucchino Motors por cafetería Porto Vanila; Pinturas Renner por confitería Rössler, concesionaria de Audi por juguetería Stickers, Motor Haus por tienda de ropa Urban Haus, concesionaria de Peugeot por gimnasio On Club; casa de alfombras y pisos Kalpakian por agencia de viajes estudiantiles College; automotora de Geely por heladería Freddo.

A nivel comercial, la rambla de Pocitos (rambla República del Perú) atravesó en 2018 una renovación casi completa. Los autos que apuntaban hacia el Río de la Plata en cada esquina de su kilómetro y medio cedieron su lugar a negocios de todo tipo y rubros que por primera vez se asentaron con vista al estuario.

Para quienes conocen de primera mano la zona, no se trata de un cambio cualquiera, sino que es “el cambio” con mayúsculas. Así lo entiende Isidoro Kosak, director de la inmobiliaria que lleva su apellido. “Cambió y de forma innovadora. Se nota un cambio de mentalidad del comercio en la rambla de Pocitos”, apuntó. ¿Por qué era antes el lugar preferido por automotoras? ¿Qué hay detrás de este cambio y por qué nuevos negocios decidieron instalarse allí?

Luces y Sombras

Comercialmente, la rambla de Pocitos está lejos de ser uno de los puntos más fuertes, como pueden ser 18 de Julio o La Unión. En general, según el consultor inmobiliario Julio Villamide, los comercios no eligen ubicarse en la primera línea de edificaciones hacia el mar. Esto se debe a que trabajan con la población ubicada a 500 metros a la redonda y, en la rambla, hay una mitad que se pierde con el Río de la Plata. En la misma línea opinó Kosak: “La rambla es una calle cortada. En cualquier otra calle comercial tenés negocios y público de los dos lados. Y el lado de la caminata es el lado de la rambla, no el de los locales”, señaló. Esto, sin embargo, se compensa con la alta densidad de población del barrio.

Para Villamide, la principal fortaleza de instalar un comercio en la rambla de Pocitos es la visibilidad. Es que por esta porción de la costanera actualmente pasan de 3.000 a 4.000 autos en horas pico, mientras que llegan a pasar unos 70 mil autos cada semana, señalaron en las inmobiliarias consultadas. Además, hay que tener en cuenta que en horas pico los autos van despacio o directamente se detienen por unos minutos. “Obviamente se mira y se aprecia, y de repente queda ahí la posibilidad de visitar el local si resulta atractivo”, dijo Villamide. Por esto, cree que ubicarse en esta rambla montevideana es una cuestión de posicionamiento de marca. En ese sentido, Kosak fue claro: “Los locales de la rambla más que vendedores son marquetineros. Son negocios más pensados, hay una ecuación de negocios que va más allá de la venta directa al público”.

Por otra parte, en la rambla República del Perú no está permitida la cartelería publicitaria. En la rambla, la publicidad de vía pública está solo permitida entre las calles Solano López y Gallinal. Pero quienes instalan un local en la de Pocitos pueden aprovechar sus vidrieras y espacios también con ese fin. “Cualquier cartelería ubicada allí vale la pena y compensa parte del costo del arrendamiento del local”, señaló Villamide.

Hace algunas décadas, la rambla de Pocitos era zona de restaurantes y confiterías que permanecieron durante años: El Atlántico, Conaprole, Café de la Paix, El Galeón, por nombrar algunos. Con los años, fueron cerrando por varias razones. Según Villamide, porque durante la mayor parte del año es una zona inhóspita para caminar, en comparación con los pocos meses cálidos. Los espacios abiertos de estos restaurantes, entonces, podían aprovecharse a pleno solo durante pocos meses. Otro factor que incide es la falta de lugares para estacionar. Décadas atrás, el cantero central de la rambla era precedido por un parking y, además, había menos vehículos circulando.

Años más tarde esas confiterías fueron sustituidas por las automotoras, hasta el recambio del último año. Según Kosak, fue una zona elegida para exhibir autos cuando se disparó su consumo: “Lo vieron como un lugar ideal para mostrar sus marcas y vender por otro lado después, como en la sucursal principal o por internet. Estar ahí les daba una imagen corporativa muy grande”. Explicó que a partir de 2016 estos negocios empezaron a verse afectados por la disminución del valor de los autos, por lo que dejó de ameritar el pagar un alquiler que ya resultaba costoso.